Para ser un chromecast es voluminoso y caro (119 euros). Pero es que quiere ser más. De ahí su compatibilidad con Matter, la promesa blanca de la interoperabilidad de los sistemas de domótica de las grandes tecnológicas. Gracias a Matter, desde el Google TV Streamer se pueden controlar dispositivos conectados que hasta hace poco únicamente respondían dentro de su ecosistema: Alexa, Apple Homekit, Google Home...
En definitiva, que el último chromecast de Google no es estrictamente un chromecast. Me explico:Google se inventó un aparato pequeño y totalmente portátil que se conectaba a la televisión y la convertía en inteligente permitiendo lanzar a la tele y ver y oir en el televisor el contenido audiovisual al que accedíamos desde el móvil o la tableta.
Con el Streamer, la demanda de energía es mayor y hay que conectarlo a la red eléctrica con un cable USB tipo C
Los primeros únicamente contaban con un conector HDMI. De hecho, era una especie de pastilla que colgaba de un cable HDMI. Más adelante la cosa se fue complicando y, conforme ganaban en potencia, características y memoria, aumentaron también de tamaño y de necesidades energéticas. Necesitaban energía a través de un cable USB que se conecta a la tele. Ahora, con el Streamer, la demanda de energía es mayor y hay que conectarlo a la red eléctrica con un cable USB-USB C (en la caja se suministra el alimentador y el cable USB de suficiente longitud) y a la tele mediante un HDMI, que no se suministra en la caja.
Igual no debería haber sido tan riguroso al decir que no es un chromecast. Puede ser un chromecast hipervitaminado, tanto que se ha pasado de categoría. Sirve para ver prácticamente cualquier fuente digital de contenido audiovisual, desde YouTube hasta Apple TV, pasando por RTVE Play o Movistar + y, por supuesto por las plataformas Max, Netflix... Pero ya no hace falta el móvil ni la tableta. El Streamer se basta él solo. Incluso se podría configurar sin contar con un móvil, aunque es más fácil hacerlo a través del teléfono que directamente desde la tele.
Además, el Streamer puede convertirse en el centro de control del IoT doméstico (el internet de las cosas, la domótica, la casa inteligente o como quieran llamarlo). El secreto está en que, además de ser un dispositivo del ecosistema de Google Home, también es compatible con la plataforma transversal Matter, así que utilizando el mando podemos controlar por voz (o con botones) todos los dispositivos de IoT de la casa.
El sistema de detección de los dispositivos compatibles es transparente y muy sencillo de configurar. Por cierto, el mando ha sido rediseñado. Ahora es más grande, bastante más, por ejemplo, que el del Apple TV aunque más pequeño que el de Movistar. Es batante intuitivo, tiene micrófono para poder darle instrucciones por voz, un botón configurable para lanzar un favorito e incluye una función de búsqueda del propio mando que se puede activar desde el Streamer o a través de equipos compatibles Matter conectados.
El sistema de recomendaciones y de búsquedas está ahora potenciado con la inteligencia artificial de Google, Gemini.
La pregunta del millón es si necesitas o no un Google TV Streamer o si sustituye al Chromecast 4K. Y la respuesta es muy gallega: depende. Por ejemplo, yo tengo un buen televisor en cuanto a calidad de panel y procesador gráfico. Es 4K, pero tiene unos cuantos años y el software es limitado. Entre otras limitaciones, no puedo instalar la app de Apple TV así que necesito el propio aparato de Apple. Otra limitación que tengo es que a pesar de contar con cuatro puertos HDMI, únicamente uno es 4K. El Streamer me viene muy bien como concentrador: conectado al único puerto 4K y con las aplicaciones de Max, Netflix, Movistar +, Apple TV, RTVE Play... instaladas puedo ver directamente su contenido sin tener que cambiar de fuente HDMI.
Es verdad que no sustituye al 100% al Apple TV, por ejemplo. No se puede jugar a Apple Arcade, aunque como reproductor de contenido audiovisual está muy bien resuelto. Otra cosa es la app de Movistar+. Señores, le tienen que dar un buen repaso. De todo lo que he probado, es la peor: lenta, el avance y rebobinado va entre regular y mal, la guía no obedece a la realidad... No tiene las mismas funciones ni las ejecuta de la misma manera. Y eso que han vitaminado mucho al Google TV Streamer 4K con respecto a los Chromecast 4K.
Si cuentas con un televisor de última generación, lo más probable es que permita descargar las mismas app de las plataformas de contenido audiovisual y de entretenimiento
Si cuentas con un televisor de última generación, lo más probable es que permita descargar las mismas app de las plataformas de contenido audiovisual y de entretenimiento y también será directamente compatible con Matter y podrás controlar directamente los aparatos conectados desde la tele.
En cuanto a si sustituye o no a un Chromecast 4K. Sí, pero. Una de las virtudes de los chromecast es que se pueden trasladar sin complicaciones para llevártelo a una segnda residencia, de vacaciones o a un hotel y seguir viendo el mismo contenido que ves en casa. Sólo necesitas que la tele tenga HDMI y USB. Vale, también te puedes llevar el Streamer, pero te tendrás que llevar un cable HDMI más el cable USB-USB-c más el alimentador y conectarlo a la red eléctrica. Es un poco más complicado. Está más diseñado para quedarse fijo bajo la tele de casa.
A pesar de los problemas que he experimentado al ejecutar la aplicación de Movistar+ (unos dirán que la culpa es de Movistar y los otros que es de Google...), el Google TV Streamer 4K cuenta con un procesador el 22% más potente que en el Chromecast anterior, cuatro gigas de RAM en lugar de dos y 32 gigas de almacenamiento integrado. Eso le ha permitido resolver algunos problemas de navegación y de fluidez en la ejecución de sus funciones aunque haya convertido a la familia en más grande y en prácticamente un equipo fijo, mucho menos portátil. Mide 16 centímetros de ancho por siete y medio de fondo y algo más de dos centímetros y medio de alto.
Ahora es compatible con Dolby Digital, Digital + y Atmos en cuanto a formatos de audio y con Dolby Vision, HDR10, 10+ y HLG (el estándar de la BBC). La resolución es 4K a 60 imágenes por segundo y el sistema operativo es Android TV, no podía ser otro.
Cuesta 119 euros.