El funcionamiento del servicio de Bosch se basa en datos anónimos de una flota global de vehículos y en información de terceros, como servicios meteorológicos y operadores de carreteras. Los vehículos equipados con este sistema envían datos como la temperatura exterior, el uso de limpiaparabrisas o faros antiniebla, así como reportes de accidentes y activaciones del sistema antiderrape. Estos datos se analizan para identificar riesgos, como aquaplaning, y se avisa al conductor si es necesario.
El Road Hazard Service forma parte de los Connected Map Services de Bosch, que permiten optimizar sistemas de asistencia al conductor, como el control de crucero adaptativo o la frenada automática. Estos servicios actúan como un sensor adicional, ofreciendo datos que mejoran la capacidad del vehículo para reaccionar ante situaciones en la carretera, incluso en condiciones de baja visibilidad.