En la clasificación de conciencia sobre la privacidad y la ciberseguridad, el ranking lo encabeza Singapur, seguido de Finlandia y Lituania, posteriormente están Alemania y Estados Unidos. A pesar de esto, los resultados de este año indican una caída en la conciencia global sobre la privacidad en línea y la ciberseguridad en comparación con años anteriores.
Aunque los españoles sobresalen en la creación de contraseñas y en la gestión de ofertas sospechosas, tienen un bajo conocimiento sobre los problemas de privacidad relacionados con la IA. Solo un 8% está al tanto de estos problemas, y un 11% sabe qué datos recopilan los proveedores de internet. Además, solo un 14% conoce cómo proteger su red Wi-Fi, y un 16% sabe almacenar sus contraseñas de forma segura.
Además, el 2% de la población española se considera 'ciberturista', es decir, tiene escasos conocimientos sobre privacidad y ciberseguridad, mientras que el 59% se clasifica como 'ciberaventureros', indicando que poseen un buen nivel de conocimiento, pero aún pueden mejorar. La proporción de 'ciberestrellas', aquellos con conocimientos avanzados, ha disminuido un 4% este año.
En comparación con el año anterior, hay una menor comprensión acerca de la importancia de actualizar aplicaciones, pasando del 72% al 59% de quienes lo hacen de inmediato. También ha disminuido el número de personas que saben cómo actuar ante correos electrónicos inesperados de su banco.
En comparación con Portugal y Francia, los españoles muestran menos conciencia sobre la importancia de leer los términos de servicio de aplicaciones y servicios en línea, así como sobre los riesgos de almacenar datos de tarjetas de crédito en navegadores. Su puntuación también es baja en cuanto a la respuesta ante correos electrónicos inesperados de bancos o solicitudes de rescate por parte de hackers.
Si se miran estas cifras a nivel global, las personas de entre 30 y 54 años son las que tienen mayores conocimientos sobre la privacidad en internet. La puntuación general del TPN ha caído al 58% este año, reflejando una disminución en la conciencia sobre la privacidad y la ciberseguridad en comparación con años anteriores.