La hoja de ruta marcada por las autoridades europeas con el objetivo de descarbonificar nuestras economías parece que pasa indudablemente por los vehículos híbridos y eléctricos, por los que Stellantis refuerza su propuesta.
Durante el Stellantis Electrification Day, un evento en el que el grupo pretendía hacer énfasis en su apuesta por la electrificación como apuesta diferenciadora, con 65 modelos electrificados de sus 11 marcas, hemos podido ver de cerca y apreciar los detalles de sus novedades, como el Lancia Ypsilon o el Alfa Romeo Junior, especialmente interesantes por su especial atención en el diseño, y otros como el Opel Frontera Electric, anunciado hace escasos días.
Mención especial tienen los nuevos Citroën ë-C3, por su contenido precio de salida (unos 24.000€ antes de ayudas), y el Peugeot E-3008, por su elevada autonomía (que en su versión Long Range alcanzará los 700 kilómetros de autonomía).
Después de esta exposición en estático, hemos probado el Alfa Romeo Tonale PHEV Q4, en su acabado Tributo. Esta motorización se caracteriza por tener un motor de gasolina de 1,3 litros de 180CV y otro eléctrico de 120 CV, que son capaces de generar 280 CV conjuntamente, capaz de recorrer casi 70 kilómetros en modo eléctrico puro, gracias a ser un híbrido enchufable. Estéticamente, esta unidad es especialmente agradable a la vista, gracias a un precioso Verde Montreal y a las llantas de 20”, con diseño tradicional de Alfa Romeo.
En movimiento, pese a que no hemos podido disfrutarlo demasiado, sus 280 caballos de potencia se dejan notar, y permiten realizar incorporaciones y adelantamientos de forma cómoda y segura. El control y la seguridad quedan garantizados gracias al sistema de frenado, que es capaz de parar el coche en todo momento y sin esfuerzo. La comodidad queda garantizada gracias a su altura y a la puesta apunto de la suspensión, que es capaz de tragarse baches y resaltos sin esfuerzo.
En el interior, las calidades percibidas están a la altura, y destacan los asientos, que recogen y sujetan bien el cuerpo, pero siendo cómodos al mismo tiempo. En el puesto de conducción llama la atención dos detalles comunes en la versiones mejor equipadas de la marca: el volante, de diseño deportivo, y las levas de aluminio fijas, especialmente ergonómicas y de tacto exquisito. Es especialmente amplio por dentro y domina la sensación de espacio, si bien es cierto que la altura en las plazas traseras queda algo comprometida, debido a la caída del techo y a la posición algo elevada de la banqueta, algo necesario para dejar espacio para las baterías.
Durante el acto central de este Electrification Day, Pablo Puez, Managing Director de Stellantis Iberia, ha hecho hincapié en que en el contexto global actual, reducir las emisiones de CO2 se vuelve cada vez más necesario por los impactos del cambio climático. La Unión Europea estableció medidas drásticas en el Pacto Verde, firmado en 2019, y en la Ley Europea del Clima para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Los coches eléctricos son la forma más obvia de cumplir con estos objetivos.
Stellantis como grupo está preparado para afrontar este reto, ofreciendo soluciones sostenibles para el mayor número de personas posible, valiéndose de una amplia oferta de 65 modelos de sus 11 marcas en nuestro país. A nivel global, en su programa Dare Forward 2030 planea que todas sus marcas sólo comercialicen vehículos eléctricos en Europa desde 2030, cinco años antes de lo previsto en la Ley del Clima. Para esa fecha también pretende que estos vehículos alcancen el 50% de sus ventas en el mercado estadounidense y reducir su huella de carbono en otro 50%.
A pesar de haber pasado ya casi una década desde el lanzamiento de los primeros vehículos eléctricos, estos siguen representando una pequeña proporción del parque móvil en Europa. Actualmente, los vehículos eléctricos representan solo el 12,4% de los vehículos nuevos que se matriculan en la UE, y en España el porcentaje es crítico: sólo un 4,4%, y en retroceso en algunos segmentos. Únicamente un 1,3% de los turismos y un 0,7% de los vehículos comerciales que circulan en España tienen la etiqueta Cero en el parabrisas.
Uno de los principales obstáculos para la adopción del vehículo eléctrico es el acceso limitado a puntos de recarga en España, muy por detrás de la media europea y de países que son todo un referente en la materia, como Noruega o los Países Bajos. A pesar de esto, desde Stellantis afirman que hay motivos para el optimismo, y desde el grupo han demostrado tener la flexibilidad suficiente para dar respuesta a la necesidades ambientales y regulatorias, desarrollando nuevas plataformas y adaptándolas para ser capaces de montar motorizaciones eléctricas, híbridas o de combustión.
Otra muestra de su capacidad de adaptación es la reciente incorporación al grupo del fabricante chino Leapmotor, que ya produce en la Unión Europea en su planta de Tychy, en Polonia. Esta adquisición viene a plantarle cara a la llegada de otros fabricantes del país oriental a nuestro mercado, con la notable diferencia que se comercializará y se ofrecerán servicios postventa a través de la red de concesionarios del grupo ya existentes en nuestro país.
En otro ámbito, desde el grupo celebran la extensión del Plan Moves III, aunque indican que se deben de agilizar y facilitar el cobro de estas ayudas para los consumidores, mejorando la eficiencia del proceso, Puey también indica que estas políticas deben de ser claras y estables, y más inmediatas, como en Portugal, donde deducción del IVA soportado en la compra de vehículos eléctricos es inmediata.
Una vez más, se afirmó la incuestionable necesidad de reducir las emisiones de CO2 es incuestionable, y que la electrificación es la solución más obvia, aunque están abiertos a otras soluciones como el Hidrógeno. Stellantis se prepara para este futuro tecnológico y busca liderar el cambio hacia una movilidad sostenible, reduciendo la huella de carbono en todas sus actividades.