Este tipo de cuentas campan a sus anchas en la plataforma y red social de Meta e incluso han sido reforzadas por el algoritmo de Instagram por lo que se complica la tarea de eliminarlas.
Según este nuevo estudio universitario, los canales y grupos dedicados al tráfico de ponografía infantil de la plataforma hacen uso de chats privados y hashtags o etiquetas para poder reconocer el contenido entre ellos y se ven directamente reforzados por el algoritmo de la plataforma que recomienda este tipo de cuentas a otros pedófilos que realizan las mismas búsquedas, facilitado la distribución del contenido.
El uso generalizado de hashtags y la longevidad de las cuentas que se dedican a distribuir este tipo de contenido hacen que los vendedores sean prácticamente inmunes frente a las denuncias y, sobretodo, muy eficaces frente al algoritmo de recomendación de Instagram, que hace las veces de apoyo a otros pedófilos a la hora de descubrir nuevo contenido clave para este tipo de usuarios que terminan comprando el material.
Este estudio, además, revela que no es en lo absoluto complicado obtener acceso a este tipo de contenidos pornográficos tanto en Instagram como en otras redes sociales como TikTok o aplicaciones de mensajería como Telegram y si hablamos de pornografía infantil tampoco supone un gran inconveniente. Al buscar términos que hacen referencia a este tipo de contenido aparecen textos de advertencia que no son realmente útiles debido a que siempre se pueden ‘ver los resultados de todos modos’.
Los expertos han aclarado además que el sistema de recomendaciones y sugerencias de usuarios de Instagram promueve de forma evidente y realmente sencilla otras cuentas con características similares a aquellos usuarios que buscan este tipo de contenido de forma consciente, por lo que les permite descubrir nuevas cuentas y contenido explícito de menores sin que eso suponga un gran esfuerzo solo usando ciertas palabras clave.
Los propios investigadores han creado una cuenta desde cero y han logrado acceder al contenido compartido por estas cuentas de forma sencilla, las cuales publican ‘menús’ de contenido pornográfico infantil, lo que invita a los compradores a encargar actos específicos o contenido personalizado relacionado con menores y parafilias, llegando incluso a ofrecer encuentros con niños en persona dependiendo del precio.