Según han querido avanzar las autoridades europeas, este acuerdo es de vital importancia para ambas regiones, pero podría no entrar en vigor a tiempo para evitar los flujos intercontinentales de Facebook.
El pasado mes de octubre, el presidente estadounidense, Joe Biden, firmó la primera orden ejecutiva con reglas aplicables al nuevo acuerdo de transferencia transatlántica de datos entre Estados Unidos y Europa. Ante la recepción de este documento, los responsables del viejo continente realizaron una evaluación que dió garantías de protección de la información personal de los usuarios y las corporaciones, por lo que el proceso avanzó hasta que la Comisión Europea dió inicio al proceso de aprobación de este nuevo marco de privacidad y trasvase de datos el pasado mes de diciembre.
A pesar de ello, la puesta en vigor y materialización de este acuerdo entre potencias, depende por completo del veredicto tanto del Consejo Europeo de Protección de Datos (EDPB), como del comité compuesto por los representantes de las veintisiete potencias que forman parte de la UE, así como del Parlamento Europeo.
De modo que teniendo en cuenta los procedimientos aún pendientes y la necesaria aprobación de los principales actores del acuerdo, los plazos para la aprobación final son imprecisos y este nuevo pacto podría no entrar en vigor a tiempo para que Facebook pueda evitar la suspensión de sus flujos de datos transatlánticos.
Este nuevo marco legal que se busca implementar llega tras la prohibición de la herramienta legal utilizada por Facebook para transferir datos de usuarios europeos, el uso de la cual resultaba preocupante por la posibilidad de que las agencias de inteligencia estadounidenses pudieran acceder a dicha información.
De esta forma, este nuevo recurso tiene como objetivo ofrecer a los usuarios de la UE el mismo nivel de protección tanto dentro como fuera de sus fronteras, en territorio americano.