Tan fácil como enchufar y conectarnos. El producto no tiene más misterio aunque sí podemos dar alguna explicación más sobre él. Para empezar, suponemos que nuestros lectores están familiarizados con el término PLC (power line comunication), un sistema de transmisión de datos a través de la red eléctrica convencional y que, año a año, no sólo está más avanzada, sino que ofrece soluciones que antes nunca pudimos imaginar, bien porque el estándar no estaba completamente desarrollado, bien porque había interferencias… pero eso son tiempos pasados.
A modo de presentación hay que decir que TP-link considera este producto como el “medio para transformar la red eléctrica en una red interna universal”, para lo cual basta con tener un enchufe de pared a mano. La red que se crea entre los adaptadores y, por tanto, la que llega hasta nuestros ordenadores es de 200 Mbps y, a través de ella, podemos transmitir datos, voz, audio, imagen fija o vídeo. Para garantizar la calidad, el equipo integra encriptación AES de 128-bit y QoS (garantía de calidad en el servicio).
El sistema requiere: al menos dos AC 100V-240V (enchufes) conectados a una red eléctrica normal –sin polienchufes o alargadores-, un
Una vez encendido, hay que apretar en menos de dos minutos, unos pequeños botones para vincular los terminales y comprobar que las luces parpadean adecuadamente. Si el botón lo sostenemos durante 10 segundos, el mini adaptador se desconectará de la red. En cuanto a los LED, uno nos indica si está encendido, apagado o se encuentra en modo ahorro de energía; otro si estamos en red y si estamos transmitiendo datos (parpadea) y le último si el puerto Ethernet está activo y transmitiendo (parpadea). La eficacia del producto es verdaderamente cómoda y muy sorprendente, tanto por la facilidad de instalación como por la velocidad a la que se reciben los datos.