Al igual que otras cosas de uso cotidiano, como los televisores, los routers Wi-Fi domésticos, las radios o los hornos microondas, la tecnología móvil y la 5G están cubiertas por directrices y reglamentos de exposición internacionales y nacionales.
Los científicos llevan décadas estudiando las frecuencias móviles, incluidas las de la 5G. Esta investigación acumulada es la base de las directrices internacionales de seguridad para las señales de radio. La conclusión constante de los organismos de salud pública y los grupos de expertos es que el cumplimiento de las directrices internacionales protege a todas las personas, incluidas las mujeres embarazadas y los niños.
Un gran número de estudios sobre las radiofrecuencias son relevantes a la 5G y muchos estudios específicos de la 5G muestran que la nueva tecnología cumple con las directrices internacionales de seguridad. La investigación científica de alta calidad alineada con las prioridades de la OMS debe seguir siendo nuestro faro en materia de salud y seguridad.
Las directrices internacionales de seguridad pública se actualizaron a principios de 2020 y confirmaron que estas directrices de seguridad existentes mantienen un alto nivel de protección, con límites muy por debajo de los umbrales de peligros establecidos para todas las radiofrecuencias de 2G a 5G.
La OMS explica sobre la 5G: "A medida que aumenta la frecuencia hay menos penetración en los tejidos corporales y la absorción de la energía se limita más a la superficie del cuerpo (piel y ojos). Siempre que la exposición global se mantenga por debajo de las directrices internacionales, no se prevén consecuencias para la salud pública". La 5G utiliza ondas de radio para enviar y recibir datos de los dispositivos móviles, conectándose entre sí y a Internet, de forma similar al 4G y al 3G anteriores.
El fuerte consenso de las agencias de salud pública, incluyendo el Comité Científico de la Comisión Europea (SCHEER) y la OMS sostiene que no hay ningún riesgo establecido para la salud por la exposición a las señales de radio de bajo nivel utilizadas para las redes móviles, incluyendo la 5G.
Las estaciones base transmiten y reciben ondas de radio para conectar a los usuarios de teléfonos móviles y otros dispositivos a Internet.
Por su parte, la OMS sostiene que "los estudios realizados hasta la fecha no proporcionan ningún indicio de que la exposición ambiental a los campos de radiofrecuencia, como los de las estaciones base, aumente el riesgo de cáncer o de cualquier otra enfermedad".
Las estaciones base transmiten y reciben ondas de radio para conectar a los usuarios de teléfonos móviles y otros dispositivos a Internet. La intensidad de esas ondas de radio es muy baja en zonas públicas. Los teléfonos móviles están diseñados para reducir automáticamente la potencia al nivel más bajo necesario para una conexión de calidad. Cuando hay una buena conexión con una estación base, el teléfono móvil funciona con una potencia de transmisión más baja.