Hay un detalle que no casa con el precio de estos Evolve2 85, de Jabra: ni metal ni piel. Por lo demás, está casi a la altura de los mejores. Y es que la compañía danesa lleva unos años dándonos gratas sorpresas en el mundo del audio, entre otras sus Elite 85t.
Su último lanzamiento son unos cascos inalámbricos con copa circumaural (cubre toda la oreja sin pisar el lóbulo), cancelación activa de ruido, gran sonido y especialmente preparados para mantener largas conversaciones -de trabajo o no- de móvil o a través de aplicaciones como Microsoft Teams, Zoom, Google Meet...
En realidad, da prácticamente lo mismo, ya que a través de las aplicaciones se puede reconfigurar y asignar botones para esas funciones. Por cierto, las dos aplicaciones, la de móvil y la de ordenador, ya sea para PC o Mac, son muy completas y útiles.
La primera ya la conocía tras haber probado los Elite Active 75t y Elite 85t, pero el programa Jabra Direct es todo un hallazgo que hay que complementar con un adaptador BlueTooth que se incluye en la caja. No sólo sirve para conectar los auriculares con ordenadores que no tengan BlueTooth (no sé cuántos quedarán...), sino que da mayor cobertura y mejor estabilidad a las comunicaciones. Eso sí, tiene el inconveniente de que inutiliza uno de los escasos puertos USB que tienen hoy en día los portátiles.
A la estabilidad y la cobertura, estos cascos ofrecen una grata calidad de sonido, tanto de entrada como de salida. Al tratarse de unos auriculares de diadema pensados (también) para trabajar, es tan importante escuchar bien como que te escuchen bien. Y aquí pesan tanto los altavoces con diafragma de cuatro centímetros -en la app se pueden ecualizar- como los diez micrófonos distribuidos, uno de ellos montado sobre un brazo plegable muy discreto cuando está recogido.
La importancia que da Jabra a la voz se puede medir en que, de los diez micros, emplea cuatro para la cancelación activa del ruido y seis para captarla. Al hablar tanto por teléfono como en videoconferencia con ellos -conviene regular la intensidad con la que se escucha la voz propia a través de la app- la conversación es muy clara, ya que se eliminan los ruidos ambientales. Y, a pesar de que parezca un poco artificioso, desplegar el brazo con el micro maxilar la mejora.
El funcionamiento es el que acostumbra Jabra. Es decir, mantiene la ventaja (al menos para mí) de que son botones físicos en los que se nota la pulsación. No hay respuesta háptica, sino real.
La botonadura se distribuye entre las dos copas. En la de la izquierda está el control de la cancelación de ruido -activada, desactivada y modo transparente- y el de encendido-apagado-emparejamiento. En la de la derecha hay tres botones para controlar el volumen y la reproducción (subir, bajar, parar o reanudar la reproducción y avanzar o retroceder pistas) y uno mayor, en el centro de la copa para atender llamadas o rechazarlas. También sirve para las funciones de llamadas en espera o se puede configurar para acciones con Microsoft Teams u otras aplicaciones.
Al habitual LED de aviso de carga, de estado o de emparejamiento, Jabra ha añadido dos leds rojos en cada copa para indicar que se está hablando o que se está ocupado y evitar interrupciones.
Jabra ha diseñado un soporte con conector USB que sirve para cargar los Evolve2 85. No es imprescindible, aunque sí es cómodo. Se puede cargar la batería también a través de un Conector USB tipo C. El proceso es bastante rápido: unos noventa minutos y la carga completa da para más de 30 horas. En caso de que necesitemos utilizarlos y estén sin batería, con un cuarto de hora dará para unas ocho horas de autonomía.
He dejado para el final lo peor de estos auriculares de diadema: el precio. El oficial es de 543,29 euros, con el IVA incluido. Pero es la unidad que incluye la base de carga. Es un complemento que también se puede adquirir por separado. En Amazon se pueden encontrar por 402,62 euros.
En cualquier caso, es un equipo de los caros, casi a la altura en precio de unos de Sony o de Bose, firmas que cuidan más los detalles del material externo: metal, piel (aunque, últimamente, la piel no está muy bien vista y se tienda a pieles vegetales...). Jabra utiliza una espuma bastante confortable y la recubre de una polipiel que da el pego. Lo mejor de este material es que no da excesivo calor. He estado utilizando los cascos durante unos días calurosos y los he aguantado bien durante horas.
Lo del metal es otro cantar. Siempre le da un toque de lujo, aunque su uso penaliza por el aumento de peso. Estos Evolve2 85 pesan 286 gramos, si reemplazan el plástico por metal se acercarían o sobrepasarían la barrera psicológica de los 300 gramos.