La pandemia causada por el COVID-19 ha hecho que la población se apoye cada vez más en los dispositivos tecnológicos, siendo la tecnología su nuevo aliado. Sin embargo, el uso en exceso de estos aparatos está afectando de manera negativa a algunas personas, provocando tecnoestrés.
El tecnoestrés es un estrés asociado a la tecnología. Lo que se resume en sentir presión, y tensión, entre otras emociones negativas por la incapacidad de adaptarse al 100% a la nueva realidad tecnológica impuesta por la pandemia.
La aplicación Ifeel tiene un equipo de psicólogos encargados de dar pautas para que los usuarios puedan identificar esta situación y ponerle freno. La digitalización de la sociedad a raíz del covid con el teletrabajo, compras online, educación online, deporte online, reuniones online, citas online… puede suponer un problema que causa tecnoestrés.
Hay diversas situaciones en las que se pueden detectar síntomas de tecnoestrés:
Esto no significa que haya que crear una rutina lo más analógica posible, ya que la tecnología avanza y ello podría generar un “desconocimiento sobre el mundo en el que vivimos”, sobre todo en el ámbito laboral y en las relaciones con otras personas.
Para evitar la “presión” que puede causar la tecnología hay que aprender a hacer un buen uso de ella
Sin embargo, para evitar la “presión” que puede causar la tecnología hay que aprender a hacer un buen uso de ella. Para terminar con el tecnoestrés los psicólogos de ifeel recomiendan priorizar la monotarea, dosificar la tecnología con un horario, crear pequeñas rutinas para liberar tecnoestrés, recuperar el libro de papel, no hacer todas las compras online, evitar el teletrabajo fuera de horas, no invertir el tiempo libre en tecnología, no estar pendiente de comprobar la mensajería instantánea y pedir ayuda en caso de asociar la tecnología a ansiedad, cansancio o presión.