Pocas veces un ‘unpack’ nos ha resultado tan emocionante, ya que el nuevo producto que tenemos entre manos no sólo era muy esperado, sino algo completamente novedoso. ¿La primera impresión? Sorprendente. Es más, será uno de esos aparatos que se colará en todas nuestras casas tanto por el diseño simple y elegante del que disfruta, como por su utilidad. ¿Le faltan detalles? Sí, por ejemplo, la integración con el teléfono, pero llegará
Con un diseño comercial bastante cuidado y un sólo botón de encendido y apagado, Google se ha encargado de que, a simple vista, sólo girando la caja, el comprador sepa para qué sirve el producto. Imagen a tamaño casi real, nombre y logo para la cara principal; a la derecha una serie de ‘sumarios’:
En el mismo lateral especifica el contenido del paquete, que no es otro que el dispositivo inteligente y el adaptador de corriente (CA); además instrucciones para los primeros pasos (con buen diseño, por cierto), sugerencias y ficha de información sobre el producto, con la garantía.
En el lateral opuesto de la caja, un listado de sugerencias:
Para empezar, di “Ok Google”. Este es el mantra que, a partir de ahora, formará parte de nuestras vidas y que no deja de ser un eslogan publicitario, perfectamente pensado que va penetrando en nuestras vidas a fuerza de repetirlo. La cuestión la tendrán que estudiar psicólogos, sociólogos y, desde luego especialistas en marketing. Cada orden o sugerencia debe ir precedida de un “OK Google”.
A partir de ahí puedes preguntar lo que sea y esperar a que el sistema te responda correctamente: “pon ‘esta serie’ en Netflix” (necesita Chromecast), “cómo se dice adiós en polaco”, “cómo hago una paella”, “cuanto tardo al trabajo”, “por un temporizador de 10 minutos”, “baja el volumen”, “sube el volumen”, “léeme las noticias del día”. En caso de no saberlo, te responde cosas del tipo “aún no ha salido este dato en la conversación” o “aún no sé hacer eso, pero mi equipo está trabajando en ello.
La voz de respuesta es clara; el terminal permite interactuación táctil por pulsación y su interfaz son divertidos leds de colores. El porcentaje de fallos es, realmente muy reducido.
Como en cualquier dispositivo digital y a pesar de haberse simplificado al máximo, cuando ponemos Google Home en marcha hay que tener la paciencia de sentarse a configurarlo. Como primera medida y como señalábamos antes, hay que descargar la aplicación ‘Home’ de Google en el teléfono y una vez abierta, acudir al menú superior izquierda de la pantalla para poder enlazar todos los dispositivos inteligentes que tengamos en casa, así como detallar (rápidamente), qué queremos y que no. Por ejemplo, se le puede pedir no recibir publicidad ni invitaciones basados en datos recogidos por el sistema.
En una de las tarjetas de instrucciones que acompaña el aparato, la compañía te da ejemplo de escenarios y que puedes pedir al aparato en el dormitorio, en la cocina o en el salón. Y lo cierto es que escucha perfectamente en una casa de 100 metros, en cualquier punto donde no haya muros excesivamente anchos.
Google asegura que la diferencia con otros asistentes del hogar es que su ‘Home’ “combina aprendizaje automático, reconocimiento de voz e integración del contexto personal de cada usuario, como localización o rutinas diarias, siempre que éste lo permita”.
Es interesante el hecho de que un mismo ‘Home’, que se comercializa en dos tamaños, admita hasta seis perfiles y permita ejecutar lo que denominan ‘voice match’, es decir que el sistema reconozca diferentes voces y dé a cada uno su información correspondiente y no otra.
Eso sí, la literatura adjunta advierte que debemos alertar a nuestros invitados de que tenemos Google Home en funcionamiento.