Supongamos que en un terrible día de invierno tenemos que salir de viaje obligatoriamente; el viento, la lluvia, la nieve nos acechan detrás de cada curva; a la salida de cada túnel. ¡Cuántas vidas perdidas que hoy, gracias a tecnologías como la que está desarrollando HPE junto a la empresa de ingeniería IAV, nunca hubieran caído en desgracia!
Nuestro vehículo se adaptará instantáneamente a la legislación vigente de cualquier país al que lleguemos por carretera, porque detectará la frontera y adaptará la forma de conducción
En un futuro inminente, los sistemas de automoción integrados en los que trabajan las mencionadas compañías garantizarán nuestra seguridad; ya que antes de que el tiempo cambie, el techo solar de un coche se cerrará solo para evitar que entre agua o que nos distraigamos; los sensores a la salida de un túnel ordenarán a nuestro vehículo que reduzca la velocidad porque el viento acecha y hay que evitar que el automóvil capote. Si es el sol el que puede deslumbrarnos, segundos antes de que ocurra nuestros cristales se verán tintados y todo ello ocurrirá gracias a la continua información que millones de sensores instalados a lo largo de las carreteras enviarán a la nube y desde allí, los datos útiles y la ‘orden que de ellos se derive’ llegará a nuestro coche.
Un coche en el que seguramente habremos integrado nuestra vida, con una selección de programas de televisión, con un servidor de correo electrónico y comandos de voz que entenderán que, aunque nos movamos, no obviamos nuestro trabajo. Un coche con juegos para los niños o herramientas para hacer los deberes. Un coche con mapas de rutas sobre los cristales e incluso con posibilidad de realizar compras en nuestras tiendas habituales, de forma que podemos realizar el pedido y que nuestra inteligencia al volante entienda y disponga que hay que pasar a recogerlos. ¡Ya nunca volveremos a casa sin pan!.
Dentro del sistema en el que actualmente trabajan IAV y HPE, nuestro vehículo se adaptará instantáneamente a la legislación vigente de cualquier país al que lleguemos por carretera, porque detectará la frontera y adaptará la forma de conducción: encenderá las luces allá donde sea obligatorio llevarlas, marcará los límites de velocidad máximos de cada país, pagará las tasas de circulación donde se requieren, etc. Y es que toda esa información está disponible en la nube para que nuestro muy ‘inteligente chofer’ la interprete y nos la sirva de forma útil
Como último detalle y dentro de la experiencia vivida recientemente en compañía de los técnicos de las mencionadas empresas, una novedad: la posibilidad de conducir el coche desde un tablet. ¿Para qué? Por ejemplo, como herramienta para un aparcacoches… ¿Lo entendemos?