El reciente ataque de un lobo solitario en la puerta del Parlamento de Reino Unido, que se ha llevado cinco vidas y ha malherido a 50 más, ha vuelto a abrir el debate entre la privacidad y la seguridad. La ministra Amber lo tiene claro: el Whatsapp debe estar supeditado a la seguridad nacional. Y es que, según informan varios medios, el atacante había usado Whatsapp en los momentos previos al ataque.
“No podemos permitir que Internet sirva como un conducto de incitación e inspiración de la violencia”, afirma la política. “Necesitamos la ayuda de las empresas de redes sociales, de Google, de Twitter, de los Facebook de la actualidad. De los pequeños también. Otras empresas como Telegram, Wordpress o Justpaste.it, también deben colaborar”, escribía Rudd en un artículo en The Telegraph.
Aunque un portavoz de Whatsapp ha manifestado que están colaborando con las autoridades tras el “horroroso” ataque en Londres, lo cierto es que el servicio de mensajería es reacio a permitir que se puedan espiar las conversaciones de sus usuarios. De hecho, ellos mismos advierten que debido a la encriptación no pueden hacerlo.
Hasta el FBI, que consigue descifrar iPhone´s, admite que desencriptar los mensajes de los servicios cifrados end to end es mucho más difícil.