A pesar que dejo la presidencia del país hace casi una década debido a sus enfermedades, la muerte de Fidel Castro este fin de semana puede abrir un nuevo capítulo en el camino de la isla hacia una liberalización económica, política y tecnológica.
Los pasos del hermano menor de Fidel, Raúl Castro, pueden ser más rápidos hacia el cambio. De hecho, la isla ya se está abriendo a los servicios de Internet más elementales. Y es que, dentro de la renovación, el acceso a Internet o el impulso de la economía digital pueden ser dos pilares de una Cuba más moderna.
Sorprendentemente, Cuba ha limitado el acceso de Internet desde mediados de los 90. En 2011, un cable de alta velocidad provisto por el amigo, Venezuela, consiguió aumentar la conexión de Cuba. Pero el acceso de Internet por la población aumentó realmente el año pasado cuando la compañía estatal de telecomunicaciones cubana empezó a instalar puntos de acceso Wi-Fi en diferentes partes de la isla, llegando a 100 puntos.
Por otra parte, el acceso a Internet privado permanece carísimo para los locales y está censurado contra todo contenido antigubernamental. Muchos sitios webs han sido bloqueados bajo el mandato castrista, pero también ha habido puertas abiertas a servicios web como AirBnb o Netflix.
La dictadura cubana también se ha mostrado tolerante con el servicio de Youtube, El Paquete Semanal, que distribuye una vez a la semana videos, juegos y otro contenido digital en dispositivos USB. Aunque debido a la dificultad del acceso a la red, muchos servicios se actualizan una vez al día y están disponibles para su consulta offline, como mapas o listas de lugares de interés.