La Unión Internacional de Telecomunicaciones publica anualmente un informe sobre la reglamentación mundial de las Tecnologías de la Información y la Comunicación. En la edición 2016, presentada el pasado mes de abril, se destacan las dificultades normativas que se deben tener en cuenta para preservar un “campo de juego equilibrado, indispensable para la competencia y la innovación”.
El estudio sobre tendencias de política y reglamentación de las TIC, compila opiniones de diversos expertos mundiales que ayudan comprender mejor los problemas que deberán afrontar cada vez más los actores de las TIC, así como los consumidores.
Se prevé que los gastos de capital en infraestructuras de fibra sobrepasen los 144.200 millones USD entre 2014 y 2019
En el informe, cuyo tema es este año ‘explorar incentivos normativos para crear oportunidades digitales’, se insiste en la importancia creciente que revisten unos principios reglamentarios flexibles, poco intervencionistas y tecnológicamente neutros que estimulen el crecimiento del mercado al tiempo que protegen los derechos de los consumidores y despiertan el interés de nuevos participantes.
A este respecto, Houlin Zhao, Secretario General de la UIT declaró: “El papel de los reguladores en la creación de un entorno propicio para el crecimiento y el desarrollo de las TIC nunca ha sido tan importante”.
Dentro de los diferentes temas que abarca el estudio, conviene destacar:
• Cuando la cobertura de las redes ya no permite distinguirse de la competencia, los operadores pueden considerar necesario consolidar redes (compartiéndolas) para dejar de invertir en infraestructuras y empezar a dedicarse a desarrollar servicios innovadores.
La compartición de redes puede tener muchas ventajas, pero también inconvenientes, como una disminución de la intensidad de la competencia, riesgos de colusión y compartición de información
• Los gobiernos atribuyen actualmente espectro principalmente para fines determinados. Con las nuevas tecnologías de acceso dinámico al espectro (DSA) los dispositivos pueden utilizar espectro cuando no es utilizado en una zona geográfica o en un momento concretos.
• La compartición de redes puede tener muchas ventajas, pero también inconvenientes, como una disminución de la intensidad de la competencia, riesgos de colusión y compartición de información, y una limitación de las opciones para los competidores que sólo ofrecen servicios.
• La asociación del sector móvil, la GSMA, predice hasta 2000 millones de conexiones M2M en 2020. Algunos expertos creen que el mercado de los dispositivos IoT crecerá exponencialmente y generará más de 1,7 trillones USD en valor añadido para la economía mundial en 2019.
• La tecnología IoT más sencilla, el etiquetado RFID pasivo, ya se ha generalizado en las tiendas, los billetes de transporte y el control de acceso. La comunicación de campo cercano (NFC) ya está incorporada en los teléfonos inteligentes más recientes y permite aplicaciones como los pagos sin contacto.
La GSMA, predice hasta 2000 millones de conexiones M2M en 2020
• Sistemas M2M más complejos pueden enviar información por redes celulares. Se trata por ejemplo de lecturas de contadores eléctricos enviadas a compañías eléctricas y avisos de despliegues de airbags enviados a servicios de emergencia. Centenares de millones de sistemas M2M se están desplegando literalmente en todo el mundo.
• Las normas técnicas sobre la IoT han evolucionado a partir de diversas aplicaciones y partes interesadas con finalidades y requisitos diferentes, y se necesitan más estudios para integrar marcos normativos diferentes. Es improbable que una red de “cosas” uniforme se desarrolla a mediano plazo. Es improbable que medidores inteligentes comuniquen directamente con monitores de frecuencia cardíaca o planificadores de recetas. Algunas redes utilizarán infraestructuras públicas, y otras serán totalmente privadas. Algunas aplicaciones tendrán grandes necesidades de ancho de banda e interactividad (como la vigilancia por vídeo), y otras se limitarán a transmitir breves ráfagas de información (como los medidores inteligentes).
• Para que la IoT se convierta realmente en una tecnología ubicua, el coste de etiquetas, sensores y sistemas de comunicación deberá bajar a un nivel que represente una parte ínfima del coste total de los objetos que los llevan y que los lectores se puedan obtener fácilmente. Incluso las etiquetas menos onerosas (impresas), llamadas códigos de respuesta rápida (QR), todavía no han despertado un gran interés en las campañas publicitarias destinadas a los consumidores.
• También son importantes los niveles de fiabilidad elevados en sistemas a gran escala que pueden comprender miles de sensores, dispositivos y lectores. Sin una seguridad adecuada, intrusos pueden introducirse en sistemas y redes IoT, y acceder a información personal potencialmente confidencial sobre los usuarios y utilizar dispositivos vulnerables para atacar redes locales y otros dispositivos. Los operadores de sistemas IoT y otras entidades con acceso autorizado pueden “compilar, analizar y utilizar copiosos volúmenes de datos obtenidos en espacios tradicionalmente privados”.
• También se ha de tener en cuenta la privacidad de toda la información personal que se puede obtener con datos de sensores aparentemente inocuos, especialmente cuando se combina con perfiles de usuario y datos de otras fuentes.