Fue en el circuito de Assen, en los Países Bajos, donde Randy Mamola colocó por primera vez una cámara a bordo de una moto. “El espectador podía ver lo que un corredor veía y sentía”, afirma el antiguo corredor. Ahora, tres décadas después es su hijo Dakota el que vuelve a unir tecnología y motociclismo gracias a GoPro.
Para conseguir una experiencia de realidad virtual se ha colocado una cámara delantera y detrás una cámara de realidad virtual, compuesta por dos lentes de 180º, dos HERO cast y una antena de 2,4 GHz para poder transmitir en directo las imágenes. Todo el dispositivo pesa unos 2.800 gramos.
Desde el centro de realización se puede elegir que cámara usar y también se puede emitir una señal de realidad virtual para poder ver la escena en vivo desde cualquier ángulo. Ideal para perfeccionar técnica de adelantamiento y trazado de curvas y una gran fuente de entretenimiento para el espectador.