La razón de que en algunas zonas y lugares no sea bienvenida es porque hay sitios que merecen respeto. Y es que, Pokémon Go anima a los usuarios a coger su móvil y salir de casa en búsqueda de Pokémons. Cuantos más captures, mejor. Eso propicia que en algunos puntos donde se conoce que hay figuras los cazadores vayan en tropel, perturbando incluso el orden público.
Porque la app se ha vuelto viral y, aunque no esté disponible aún en Europa o Sudamerica de manera oficial, está teniendo un nivel de descargas frenético.
La aplicación, que representa la pura conexión de lo virtual y lo real, utiliza Google Maps sobre la base de sugerencias del juego precursor, llamado Ingress. Estas localizaciones pre elegidas, a veces recaen sobre lugares en los que no se ve con buenos ojos jugar a la app. Algunos de los que se han quejado son el campo de concentración de Auschwitz, comisarías, hospitales o templos religiosos.