Coincidiendo con el cierre de la edición de ‘Telefonía y Comunicaciones’, la nueva presidenta de Taiwán y primera mujer que rige el país asiático, Tsai Ing-wen, ocupará oficialmente una presidencia que ganó en legítimas elecciones democráticas el pasado mes de enero.
Tsai o ‘Little Ying, como la llama la prensa local, llega para hacerse cargo de un país, con 23.4 millones de habitantes (2015) y un territorio de 36,192 Km2, que tiene un PIB de 4.598.831.160 euros; lo que lo posiciona en el número 23 entre el ranking de estados por su producto interior bruto. La renta per cápita es de 19.601 euros, la capacidad adquisitiva llega a los 40,50 euros y la tasa de crecimiento económico es del 1,47%. En la lista del Fondo Monetario Internacional de los países ordenados según su producto interior bruto (PIB) a valores de paridad de poder adquisitivo (PPA) per cápita, ocupa el puesto número 15 por delante de España (32) y del 90% de los países europeos, incluido Alemania, Francia o Reino Unido.
Con una balanza comercial en superávit en 2015, las importaciones de Taiwán ascendieron a 201.000 millones de euros, mientras sus exportaciones alcanzaron los 246.000 millones
La bellísima isla de Taiwán (Formosa) está conformada por una nación con un devenir histórico complejo que la ha llevado a estar reconocida por, aproximadamente, 35 estados del mundo; mientras que el resto aceptó la resolución de los años 70 de la ONU donde China (la continental) pasó a ocupar su lugar. Sin embargo, se encuentra a medio camino entre un estado independiente, que lo es de facto, o una autonomía de la República Popular China, quien los ‘deja hacer’, siempre y cuando no declaren oficialmente su independencia.
Y así, mientras las relaciones entre el continente y el territorio insular tienen sus más y sus menos, con acercamientos como el del pasado mes de noviembre entre sus dos máximos dirigentes, o los posibles alejamientos con la llegada al poder de una independentista, Taiwán continúa su camino como referente económico mundial por su potencial industrial, especialmente en el mundo de las tecnologías de la información y la comunicación, el ciclismo, el sector naviero, el textil, el aeroespacial o la floricultura, entre otros.
Con una balanza comercial en superávit en 2015, las importaciones de Taiwán ascendieron a 201.000 millones de euros, mientras sus exportaciones alcanzaron los 246.000 millones. Tanto en productos adquiridos como vendidos, China es su mercado de referencia; aunque sus relaciones con Estados Unidos, Japón o la Unión Europea son también reseñables.
Y si bien la capital taiwanesa, Taipei, en este 2016 ha cobrado especial relevancia por ser la ‘Capital mundial del diseño’, lo cierto es que ese ‘pequeño’ rincón del mundo presume de datos tan curiosos como que cada 0,349 segundos se fabrica un ordenador portátil en el país; que sus semiconductores ocupan el 67,3% de la cuota de mercado mundial, que el 70% de las bicicletas en Europa o Estados Unidos son taiwanesas o que es número uno en Asia y sexto en el mundo en fabricación de yates. Es casi baladí comentar que el 70% de los textiles funcionales (ropa casual) del mundo procedan de la isla o que sus orquídeas lucen en cuatro decenas países, ya que son datos que sorprenden menos por conocidos. Pero, јalguien sabía que esta isla exporta más de 20 millones de acuarios al año?
Como ellos mismos indican, “Taiwán es conocido por su situación económica estable, justa y saludable” y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, en su lista de mejores índices de vida la sitúa en el nЬmero 18, por delante de Francia y España que son sus inmediatos sucesores.
Dicen de este rincón del mundo, bañado por el Mar de China y el Océano Pacífico, que es la isla que nunca duerme; sin embargo, no hemos llegado a saber si esta apreciación se debe a sus muy populares mercados nocturnos o a su inmensa capacidad de trabajo; no obstante, en el índice de competitividad mundial 2014-2015 ocupa el décimo lugar.
Poco más de dos horas son suficientes para recorrer Formosa de norte a sur; pero si detallamos ese recorrido, entre Taipei y Kaohsiung encontramos seis clústeres industriales de alto rendimiento: Hsinchu (circuitos integrados, óptica y bio-tecnología; Taichung (semiconductores y tecnología óptica, bio-tecnología y automoción); Changhua (energías renovables y tratamientos de superficies); Tainan (componentes ópticos, piezas automóviles y automatización mecánica); Nangang (circuitos integrados, contenido digital y bio-tecnología) y Kaohsiung (petroquímica, naviera, metalúrgicas, circuitos integrados, tecnología óptica, comunicación y energías renovables).
De ésta forma, el país ha sabido convertirse en pieza clave dentro de la cadena de suministro mundial por su: innovación, investigación y desarrollo, manufacturación, logística, marketing y reconocimiento de marca. De hecho, ‘Made in Taiwan’ ha pasado a ser un dato diferencial que pretende distinguir claramente los productos locales, dotándolos de un halo de creación, diseño y calidad.