El coche autónomo, del cual casi el 75% de la población sabe que es, tiene una respuesta positiva de compra ya que, aunque aún no se ve por las calles y depende mucho de la confianza, el 44,3% de la población encuestada estaría dispuesta a pagar un sobrecoste entre 2.001 y 4.000 euros por tener esta funcionalidad en su vehículo.En contraposición, cuatro de cada diez no lo haría y uno de cada diez no lo sabe. Así que algo más de la mitad no consideran pagar un sobreprecio por la tecnología del coche autónomo.
Ir en coche al trabajo es la situación más asociada a la confianza en el vehículo autónomo, con la tasa más alta de confiados hasta para seguir con el sueño abruptamente interrumpido a primera hora de la mañana (18%), la más alta de los que confían totalmente, durmiendo o no en el viaje (45%) y la más alta si sumamos los que condicionan su confianza a la posibilidad de tomar el control rápidamente (65%).
Los resultados cambian cuando los niños están también en el coche cuando se trata de llevarlos al colegio, un 12% de los conductores irían durmiendo –sólo dos tercios de los que lo harían para desplazarse al trabajo–; un 33% se fiarían totalmente, durmiendo o no; y 55% sumarían los anteriores y los que se fiarían con la condición de poder tomar el control.
También hay que considerar el disfrute del viaje, que para muchos supone el disfrute de la conducción. Según este estudio, la posición más destacada es la de las personas que disfrutarían más conduciendo ellas mismas, con una diferencia de 20 puntos porcentuales (46,9%) por encima de la posición de los que disfrutarían más con el sistema autónomo del coche (27,2%).