La startup Emotion Research LAB, con sede en Valencia, acaba de abrir una ronda de inversiones para ampliar su negocio. Esta empresa utiliza una tecnología de reconocimiento de emociones a partir del análisis de microexpresiones faciales, que supone «un paso de gigante» en la comprensión de los sentimientos humanos en tiempo real por parte de las máquinas.
La fiabilidad de la herramienta se sitúa en torno al 97 por ciento, y se está aplicando para temas de marketing, publicidad y para analizar el grado de veracidad de los mensajes que transmiten los políticos, ha añadido la experta.