Suena en nuestra mente un cuplé popular: “dónde se meten los Galaxy S7, de dónde sacan pa tanto como destacan…” y si es verdad que se trata de un terminal continuista que los usuarios pueden confundir con modelos anteriores a simple vista, también lo es que, en los ‘benchmark’ -pruebas de resistencia y ejecución-, el S7 sube a lo más alto del pódium, a falta de la inminente aparición en el mercado del LG G5, el Sony X Performance y el Huawei P9, buques insignia de 2016.
¿Valió la pena la prueba? Indudablemente; ésta y el resto de las que nos mostraron su capacidad de procesamiento. El comportamiento en multitarea es muy bueno, navegando por Internet magnífico, los gráficos complejos fluyen con suavidad y, si bien dos de sus ocho núcleos de 14 nm (64 Bit) permanecen la mayor parte del tiempo inactivos, el conjunto de su respuesta lo sitúa en puestos de honor.
No obstante, el teléfono se comercializa en los Estados Unidos con procesadores Snapdragon 820, la joya de los semiconductores; aunque las diferencias entre éste y el Exynos 8890 que equipa el terminal de prueba, en cuanto a capacidad y velocidad de procesamiento, son inapreciables en el día a día.
Pero si el interior resulta de suma importancia, el exterior también tiene temas para el comentario. Recubierto Тntegramente con cristal el resistente Gorilla Glass 4, muchos usuarios consideran que el cristal por delante y por detrás le suma fragilidad y resta sujeción.
El S7 equipa tecnología de pantalla SuperAMOLED, tecnología que, hasta ahora, nadie ha conseguido igualar. Realmente, es muy luminosa y el espacio entre la placa y el cristal es tan mínimo que parece pegada al mismo. Hay que darle la razón, sin embargo, a quien considera que los blancos verdean y los grises son casi perlados por lo que los negros resultan casi inexistentes y esto incide en el contraste.
Un avance 2016 es la llegada de la pantalla siempre activa (5,5”/ 534 ppp) sin que afecta a su rendimiento y, por supuesto, rendimiento en sí mismo, dada la fragilidad que demostró la generación anterior al respecto. Si bien es cierto que estas valoraciones en pruebas rápidas son siempre relativas, los 3.600 mAh de su batería no extraíble, le lucen.
Por último, considerando la conectividad completa, los 4 GB de RAM, la tarjeta de memoria externa (comparte torpemente la cuna de la SIM) y la Categoría 9 del MODEM como bondades absolutas (aunque no dispone de infrarrojos), conviene comentar que, si bien la curvatura de la pantalla incide en la navegación y perjudica en ocasiones la precisión del toque en páginas diseñadas para ser usadas en plano; la vista Edge, en sí misma, ha crecido y se ha enriquecido. De esta forma, a los contactos y su actividad, suma una vista de noticias, otra de aplicaciones favoritas y la de servicios y accesos directos. Hay otras opciones desde el menЬ de configuración, casi todas de pago.
Por cierto, el sonido externo deja mucho que desear; tal vez por lo pequeño de unos altavoces que, ahora, pueden sumergirse.