Según el medio Genbeta, la caída de la popular red de 320 millones de usuarios se resolvió al revertir el problema. De esta manera todo volvió a la normalidad. Así, la compañía ha reconocido su error y no echa balones fuera a la hora de culpabilizar a alguien o algo externo.
Esta caída es la tercera de esta semana y la más grave, ya que las anteriores sólo habían durado algunos minutos.
Desde luego que estos fallos no vienen nada bien en una red social que ha cambiado recientemente de CEO y en la que miles de empresas invierten publicidad. No es de extrañar, por tanto, que el mismo día del desplome las acciones de Twitter cayeran un 7%.