Para hacer una breve fotografía de la situación damos los siguientes datos. El 63% de los usuarios cree que paga por servicios que no utiliza (ha crecido un 8% respecto al año pasado), el 59,8% asegura que le han cobrado de más en alguna ocasión y, en el apartado más crítico, hay un 27% de clientes que han tomado la decisión de dar de baja su contrato.
Esta situación de desconfianza y repudio a la oferta telefónica provoca que el 71.5% de los españoles compare los precios y ofertas de los operadores antes de decantarse por uno. La publicidad ya no es suficiente. Esta práctica está más extendida entre los que tienen estudios superiores (75,3%), aunque los que tienen estudios básicos alcanzan una cifra de 57,5%.
Lo que se considera más importante
Para el 44% de los españoles lo que determina escoger uno u otro operador es que tenga oferta de servicios integrados de móvil, fijo y ADSL o fibra. Con un 36% se sitúa el factor precio. También es verdad que el 67,2% de los españoles demanda precios más competitivos, mientras que uno de cada dos exige pagar por los megas que utiliza. Sorprendente que la cifra no sea más alta ya que a todos nos gusta que se abaraten los precios.
Por otra parte el 48.3% de los clientes no está satisfecho con el servicio de atención al cliente de su operador. Por su parte, un 6,6% de los usuarios considera importante la velocidad de conexión y los megas, un 6% el servicio que presta la compañía y un 5,2% su reputación.