Si la finlandesa, cuyas acciones han caído un 4,89% en la bolsa de Helsinki, y la francesa, cuyas acciones han subido un 11,96% en la bolsa de París, se unen, ocuparían una cuota del 27,2% en el negocio del despliegue de redes superando a Ericsson (25,7%) y a Huawei(23,2%). Además, a Nokia se le abrirían las puertas en EEUU donde la sueca Ericsson es dominante y a través de Alcatel-Lucent también podrían dirigirse a África, mercado poco maduro pero al alza.
Nokia, que vendió en 2013 su división de móviles a Microsoft y saneó sus cuentas, encara esta operación que podría traer pingües beneficios pero los analistas también advierten de algunos riesgos como la integración de las plantillas, los asuntos burocráticos con la recelosa Francia (siempre reticente a vender empresas a grupos extranjeros) o la carga de deudas de Alcatel-Lucent, que son menos desde que Michel Combes es su CEO. El proceso que podría quedar en nada, sólo en charlas, no se ha publicado con cifras ni con fechas, aunque la incipente venta del servicio de cartografía HERE, que ha reportado a Nokia 2.000 millones de euros, podría dar un empujón a la operación.