El Renault 5 eléctrico ha vuelto para cautivar a las nuevas generaciones sin olvidar su legado icónico. Décadas después de su apogeo, el modelo que marcó una era regresa con un diseño moderno y tecnología puntera. ¿Es este el regreso triunfal de un mito o simplemente un homenaje más? ¿O quizás no está a la altura de su pasado? En esta prueba en profundidad, exploramos todos los aspectos de un coche que promete revolucionar la movilidad eléctrica, equilibrando nostalgia y vanguardia.
Cuando Renault anunció que el legendario Renault 5 volvería a la vida en formato eléctrico, muchos entusiastas del automóvil recibieron la noticia con una mezcla de emoción y escepticismo. No era la primera vez que una marca rescataba un modelo icónico del pasado, y la historia ha demostrado que no siempre estos regresos están a la altura de su legado. Sobre su diseño, historia y lanzamiento, tenéis este artículo hace exactamente un año, analizando estos aspectos en detalle. Las expectativas eran elevadas, sin embargo, tras haber podido conocer en profundidad el nuevo Renault 5 eléctrico, queda claro que la firma francesa no solo ha hecho un gran trabajo en términos de diseño y tecnología, sino que ha logrado capturar la esencia del modelo original adaptándola a las exigencias de la movilidad actual.
Desde su presentación oficial en el Salón de Múnich de 2021 como concept car, el Renault 5 eléctrico ha ido generando expectación. Ahora, en 2025, la versión de producción debe de despegar en ventas con la difícil tarea de enfrentarse a rivales de peso como el Peugeot e-208, el Mini Cooper SE o el Fiat 500e. No obstante, este modelo tiene algo que los demás tienen, pero no pueden igualar: una herencia que evoca nostalgia, combinada con la última tecnología en electrificación.

Y es precisamente por estas razones por las que es el coche de moda, no en vano ha sido elegido coche del año en Europa en 2025, y unos meses antes, desde Cardesign.es fuimos pioneros, al elegir este modelo, en su versión Alpine, el premio a ‘Mejor diseño de coche eléctrico’ en los Terceros Premios Cardesign.es, el pasado octubre de 2024.
Pero, ¿realmente el nuevo Renault 5 eléctrico es el heredero digno de un mito de los años 70 y 80? Para responder a esta pregunta, hemos analizado en detalle todos sus aspectos clave.
Un diseño que rinde homenaje al pasado sin quedarse anclado en él
A simple vista, el nuevo Renault 5 eléctrico deja claro que su inspiración proviene del modelo original. Sin embargo, no estamos ante un simple ejercicio de nostalgia: Renault ha sabido reinterpretar los elementos clásicos del R5 y adaptarlos a las tendencias del diseño actual sin perder su identidad.

Las dimensiones del coche reflejan su enfoque urbano y compacto. Con 3,92 metros de largo, 1,77 metros de ancho y 1,50 metros de alto, se posiciona dentro del segmento B, con un tamaño ligeramente inferior al de un Peugeot e-208 pero más generoso que el del Fiat 500e. Esto le permite ofrecer un buen equilibrio entre maniobrabilidad en ciudad y estabilidad en carretera.
Los faros delanteros rectangulares mantienen la esencia de los Cinco y Supercinco, aunque ahora presentan una firma lumínica LED tridimensional que los hace inconfundibles en la noche. Un detalle especialmente interesante es que las luces diurnas han sido diseñadas con un patrón pixelado, lo que refuerza la identidad digital del modelo. Es muy interesante también el juego de luces cuando abres el vehículo, ya que te ‘guiña un ojo’, apagando y encendido uno de los faros delanteros
Hablando de guiños, otro detalle que evoca al pasado se encuentra en el capó, y es que donde el Cinco original tenía un abombamiento, necesario para el motor, en este se ha instalado un cinco en leds, que indican el porcentaje de carga de la batería, una solución práctica y estética.

En los laterales, el Renault 5 eléctrico mantiene la silueta ascendente del modelo original, pero con un aspecto más robusto y moderno. Los pasos de rueda están bien marcados, y las llantas –con un diseño inspirado en las de los 5 Turbo de los años 80– aportan un toque deportivo. Además, la paleta de colores elegida por Renault incluye tonos vibrantes como el icónico amarillo de esta unidad o un verde lima, colores intensos pero que casan a la perfección con el espíritu del coche.
En la parte trasera, los pilotos verticales siguen con ese diseño retrofuturista, con una pequeña extensión hacia los laterales que quiere insinuar los pasos de rueda, de nuevo evocando la silueta de los Turbo originales.
Interior tecnológico, sostenible y bien aprovechado
Al abrir la puerta, se percibe una combinación de minimalismo y tecnología que encaja con la filosofía de los vehículos eléctricos modernos. La marca ha optado por un diseño limpio, sin excesos, pero sin renunciar a la calidad percibida.

El protagonismo en el salpicadero recae en las dos pantallas digitales de alta resolución, integradas y que de nuevo recuerdan la silueta del cuadro de los Renault de los años ‘70 y ‘80. La primera, un cuadro de instrumentos de 10,25 pulgadas, completamente digital y configurable según las preferencias del conductor. La segunda, una pantalla táctil de 10 pulgadas, que alberga el sistema multimedia OpenR Link, basado en Android Automotive. Este sistema ofrece integración total con Google Maps, asistente de voz de Google, y compatibilidad inalámbrica con Apple CarPlay y Android Auto. Este es sin duda uno de los puntos fuertes del coche, ya que su infoentretenimiento al ser Android nativo funciona especialmente bien y es muy muy cómodo. La ergonomía está especialmente cuidada así mismo, con botones físicos -nada de táctiles-. Los mandos de limpiaparabrisas e intermitentes son los ya clásicos de Renault, una solución práctica. El único pero es la posición de la palanca de cambios, detrás del volante, que, aunque tiene un tacto agradable y esta posición permite cambiar más fácilmente entre modo de retención, no termina de ser intuitiva, si bien es un detalle al que uno se debe de acostumbrar.

Renault ha puesto especial énfasis en la sostenibilidad en el interior del coche. Aproximadamente el 25% de los materiales empleados en el habitáculo son reciclados, incluyendo plásticos y textiles sostenibles. Además, el uso de superficies de tacto blando en el salpicadero y las puertas mejora la sensación de calidad, apoyado también por el uso de diversas texturas diferentes, situándose por encima de la competencia en este sentido.

Los asientos delanteros son especialmente cómodos, y recogen bien. Las plazas traseras no ofrecen una mala habitabilidad, pero la forma del techo y la posición de la banqueta complica su uso para personas con estatura superior a 1’85 (como un servidor). El maletero tiene una capacidad de 326 litros, una cifra interesante, pero siendo un maletero alto, con poco fondo. Sin duda, estos dos puntos flacos del coche viene a compensarlos el nuevo Renault 4, ya en la categoría B-SUV.
Es un coche muy bien aislado acústicamente, especialmente silencioso, donde quizás el único ruido sea el de los espejos retrovisores a partir de 110 km/h. Además, en este acabado, el sistema de sonido Harmann Kardon es una delicia, que es capaz de no saturar pese a subir el volumen y que sin duda aporta otro toque más a la experiencia en el interior.
Rendimiento y autonomía: eficiencia para la ciudad y viajes cortos
Esta unidad, de 52 kWh útiles y 150 caballos de potencia, ofrece 410 kilómetros de autonomía teóricos, unos 350-360 reales. Nosotros personalmente, al movernos mucho por carretera, bajamos esta cifra a 340. Es un coche bien optimizado para el uso urbano, con consumos contenidos; en esta situación una carga de la batería puede durar diez días sin complicaciones. En cuanto a la recarga, puede pasar del 15 al 80% en solo 30 minutos con un cargador rápido, lo que no lo hace inviable para viajes cortos fuera de la ciudad.
Dinámicamente, el coche tiene un tacto algo más deportivo que un Clio, por ejemplo, pero sin llegar a ser un RenaultSport o Alpine. Este coche fluye por las curvas, y es capaz de tragarse baches y ser cómodo, pero sin dejar suelta la carrocería, ayudado en este sentido por una altura del puente trasero elevada, ya que este elemento es compartido con los Dacia Duster. En carretera revirada, se mueve muy bien, y gracias a su centro de gravedad bajo, no balancea. Muy destacables son el tacto de la dirección, directa, y freno, especialmente logrado. Éste último es duro y consistente, que frena siempre en la misma cantidad, algo que no se suele ver en coches electrificados, donde se suele notar el cambio entre frenada regenerativa y mecánica. Esto es gracias al sistema de frenado by-wire, desarrollado por Continental. Este sistema elimina la conexión mecánica entre el pedal de freno y el sistema de frenado, lo que permite una dosificación mucho más precisa de la frenada regenerativa. El resultado es una experiencia de conducción más fluida y natural, sin la sensación esponjosa que se percibe en algunos eléctricos.

Detalles especiales
El R% está lleno de detallitos y guiños a su historia y origen por todas partes, que te invitan a buscarlos todos. Desde una banderita de Francia en los faros delanteros, hasta una etiqueta en el asiento del conductor con una silueta del Cinco, Cinco Turbo y Supercinco, pasando por multitud de gallos, ubicados en plásticos del maletero, lunas y seguramente en más sitios de los que no nos hayamos percatado.
Muy destacable es el ambiente anterior, personalizable al 100%, especialmente las luces, que además cuentan con modo dinámico, en el que van cambiando de color a lo largo del día, según el color del cielo.
¿Merece la pena?
Este Renault 5 eléctrico, en acabado ‘Iconic Cinq’ parte de un precio de 33.504 €, aunque con el Plan MOVES III puede reducirse hasta 28.000 €. La versión de acceso estará a partir de 24.990 € antes de ayudas, y aunque no se encuentra aún a la venta, esta primavera abren los pedidos. En comparación con un Renault Clio, es un coche más caro, sí, sin duda, pero con un comportamiento y unas calidades percibidas mucho mejores, es más coche en todos los sentidos. Respecto a la competencia eléctrica los Corsa-e o 208e no están a su nivel ni de acabados ni de dinámica. El único que en este apartado se le acerca es el 500 eléctrico, pero es un coche más pequeño, de otro segmento, y no tiene ni el tacto de freno ni el aplomo del Cinco.
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La lista de tareas pendientes de este R5 son pocas. Lo primero, cambiar la carcasa de los retrovisores para reducir aún más el ruido aerodinámico. Tampoco nos ha gustado el tacto del acelerador en situaciones puntuales en carretera, donde justo antes del kickdown a unos 120 km/h tiene una pequeña zona muerta. El último apartado a mejorar, son los paños de las puertas traseras, que son de plástico duro, y no tienen acolchado apenas; no tienen el nivel de acabado de los delanteros.
El coche de moda
Es el coche del momento, sin duda alguna. Desde cardesign.es hicimos una pequeña investigación de mercado y este es sin duda un coche que gusta a mayores y a jóvenes. El público que está en condiciones económicas de comprarse un vehículo nuevo en Europa es relativamente mayor, entre 45 y 60 años, y en este rango de edad, por lo que hemos consultado con familiares, amigos, conocidos (e incluso desconocidos que se acercaban a preguntar) gusta mucho y parece atractivo, porque evoca su juventud, cuando muchísimas familias tuvieron un Cinco en casa. Para muchos fue el coche de su familia, de su tío, su primer coche… Entre los más jóvenes también gusta, ya que es diferente al resto de vehículos nuevos, tiene una personalidad clara y definida, gracias a un diseño y elección de colores atrevidos, al mismo tiempo que sigue siendo claramente futurista.
En definitiva, el Renault 5 eléctrico no sólo revive un mito del pasado, sino que lo hace de una forma convincente, con un diseño atractivo, tecnología avanzada y un rendimiento eficiente. Es un modelo que, sin duda, se convertirá en uno de los eléctricos urbanos más deseados de 2024.