Gelandenwägen. O Mercedes-Benz Clase G. Sea cual sea la manera formal de denominar el modelo, se trata de una silueta inconfundible que, ante la irrupción de los SUVs, de los coches eléctricos y de siluetas más redondeadas, continúa desafiando las leyes de la lógica, alcanzando cifras de vértigo mientras se mantiene sobre una plataforma que apenas ha cambiado desde que se presentara en Toulon, Francia, hace 45 años. En 2019, junto a otro vehículo todoterreno por excelencia, el Land Rover Defender, sufrió un lavado de cara y comenzó a producirse sobre una plataforma totalmente nueva, con la finalidad de cumplir con la normativa de seguridad vigente. No obstante, a diferencia del Defender, el Clase G se mantuvo con unas proporciones y una carrocería muy similares a su antecesor. Y eso es tal vez lo que diferencia al Clase G de la competencia: el seguir con un diseño y una filosofía fiel a su primer boceto casi medio siglo después.
UN VEHÍCULO PARA EL EJÉRCITO… Y PARA LA POBLACIÓN CIVIL
Remontándonos a los inicios, la idea del Mercedes Clase G nació originalmente como un vehículo militar, impulsada por el Shah de Irán, Mohammad Reza Pahlavi. El Shah era un accionista muy importante de Daimler, y se había comprometido a adquirir 20.000 unidades para el ejército iraní. Tras llevar a cabo el diseño en conjunto con Steyr-Daimler-Puch en Graz, Austria, se realizaron pruebas todoterreno en lugares verdaderamente desafiantes, como el desierto del Sahara y el círculo polar ártico. Se comenzaría a ensamblar totalmente a mano en 1975, antes de comenzar su producción en serie en 1979.
Uno de los primeros clientes potenciales de Mercedes fue el propio ejército alemán, que buscaba un vehículo con capacidades todoterreno sobresalientes. No obstante, a él se sumaron rápidamente los ejércitos de Austria, Argentina, Noruega y Francia. Cabe destacar que, en Francia, este coche se comercializaría como Peugeot P4, llegando a un acuerdo con Peugeot para coproducir este vehículo en el país galo, montando el motor del Peugeot 504 y la transmisión del Peugeot 604 en la carrocería del Mercedes Clase G.
Sin embargo, pese a concebirse principalmente como un vehículo destinado a abordar cualquier tipo de desafío todoterreno, Mercedes comenzó a observar un interés particular por parte de la población civil, ya que tanto agricultores como empresarios necesitaban un vehículo todoterreno fiable. Es por ello, que en la versión comercializada al público de 1979, se equiparon asientos más cómodos, mejor equipamiento y una amplia gama de motores gasolina y diesel para satisfacer a todo tipo de clientela. Las cifras hablaron por sí solas. Para el año 1986, ya se habían producido 50.000 ejemplares, principalmente en Europa, Oriente Medio y América del Norte.
Durante esa década, se comercializó una amplia gama de motores en los Clase G. Si bien los acabados derivaban de las furgonetas Mercedes, los motores venían de las berlinas de la firma germana. Destacaron, a principios de los 80, las motorizaciones diésel de 2,4 litros de 4 cilindros (240 GD) y de 3 litros y 5 cilindros (300 GD), además de versiones gasolina de 2,3 litros y 4 cilindros (230 G) y un 2,8 litros de 6 cilindros (280 GE). A principios de los 90, llegarían versiones mejoradas de los motores gasolina y diésel, como el 300 GE y el 250 GD. Fueron principalmente los motores diésel quienes, debido a su eficiencia y durabilidad en terrenos difíciles, coparon gran parte de las ventas del Clase G, en especial el 300 GD.
LA IRRUPCIÓN DE AFFALTERBACH
A principios de los años 90, Mercedes continuaba representando el máximo exponente del lujo, comfort y fiabilidad. No obstante, por otra parte, Mercedes selló un acuerdo de cooperación con el fabricante de motores AMG en 1990. Este acuerdo les llevaría a preparar en conjunto el 190E 2.5-16 Evolution II con el que, en 1992, Klaus Ludwig se llevaría el campeonato alemán de turismos (DTM). Un año después, llegaría el primer modelo de la alianza, el Mercedes-Benz C36 AMG. En 1994 y en 1995, Klaus Ludwig y Bernd Schneider respectivamente ganarían el DTM con AMG, y en 1996 Mercedes-Benz presentaría el E50 AMG en el Salón de Ginebra, logrando producir 2.000 unidades en su primer año de comercialización. El E50 AMG sería el coche que vería a AMG dar el salto de fabricante de motores a constructor de vehículos.
La década de los 90 fue una época llena de experimentos para la alianza Mercedes-AMG. Prueba de ello fue el E60 AMG, un coche del cual se hicieron solo 45 unidades y que estaba alimentado por un motor V8 de seis litros. Y no pasaría mucho tiempo hasta que la firma germana comenzara a experimentar con la clase G. AMG comenzó a colocar los motores del C 36 AMG y del C 43 AMG en el todoterreno alemán, e incluso ofreció a dueños de los 500 GE V8 colocar un V8 de 6 litros bajo el capó de sus coches, una actualización a la que se sometieron 13 coches. No obstante, las tiradas de estos coches con motorizaciones tan raras eran muy limitadas. Solo se fabricaron 38 G 43, todos por encargo, principalmente destinados a Oriente Medio y al mercado japonés.
¿Y SI…?
El primer G 63 de la historia contaba con un espectacular motor V12
Es bien sabido que la popularidad de las versiones AMG de la clase G ha ido incrementando con el paso de los años. A principios del nuevo siglo llegaría la primera versión AMG producida en serie de la clase G, el G 55, con un V8 atmosférico de 5,4 litros que luego se reemplazaría por un compresor. Y un par de años después, en 2002, llegó la guinda del pastel. Una edición de la clase G que ni siquiera se anunció y de la cual solo se ofrecieron 5 unidades.
En aquella época, la nomenclatura de los modelos Mercedes-AMG guardaba una estrecha relación con la cilindrada de sus motores. Números como 63, 43, 55 y 60 aludían directamente al cubicaje (6.2 litros, 4.3, 5.4 y 6.0, respectivamente). Para muchos aficionados al motor, el número 63 recuerda al icónico V8 de 6.2 litros que motorizó los coches de altas prestaciones de la firma germana durante casi una década. Pero el primer G 63 de la historia no contaba precisamente con un V8, sino un espectacular motor V12.
Es este motor V12, con código M137, lo que convierte a este G 63 en uno de los Mercedes más raros jamás fabricados. Generaba una potencia de unos 444 CV a través de una caja de cambios automática de cinco velocidades, y nunca se comercializó. Los pedidos fueron asignados a dedo por AMG a cinco clientes que fueron personalmente invitados a adquirir un ejemplar, y rara vez se han mostrado en exposiciones, eventos, o se han anunciado a la venta.
EL NÚMERO UNO
El pasado mes de noviembre, en Dubai, en Flat 12 Café, pudimos ver personalmente una de estas cinco unidades. Esta, en concreto se entregó nueva en el concesionario Gargash Mercedes-Benz de Dubai el 10 de noviembre de 2001. No solo se trata de una unidad extremadamente rara y exclusiva, sino que se trata de un coche que fue adquirido por la familia real de Dubai, quien conservó la unidad hasta 2023. Dicha familia conserva la matrícula “1”, indudablemente la más rara y exclusiva de Dubai. Como referencia, la matrícula P7 se vendió en abril de 2023 por 55 millones de dirhams, aproximadamente unos 13 millones de euros.
La unidad como tal, además de un extraordinario motor V12, cuenta con un sinfín de opcionales. Pintado en un precioso Alabaster White, cuenta con una parrilla cromada y una cubierta de acero inoxidable para la rueda de repuesto. Tiene llantas de 18 pulgadas, y un interior que combina cuero gris con madera de nogal y alfombrillas de velour. Tiene techo eléctrico, un televisor, un sistema de manos libres Nokia y asientos calefactables. Y cuenta con algo menos de 45,000 kilómetros.
¡ADJUDICADO!
Vendido por 398.750 dólares en la subasta de RM Sotheby’s de Dubai
A principios de diciembre, esta unidad se vendió por nada más y nada menos que 398.750 dólares en la subasta de RM Sotheby’s de Dubai. Pasarán años hasta que veamos otra unidad de estas en público. En dicha subasta, además, se vendió otra espectacular unidad con otro motor V12 de origen AMG - el Pagani Zonda LM Roadster, por la friolera cantidad de 11.086.250 dólares. Este coche, producto de la división Grandi Complicazioni de Pagani y del cual ya hemos hablado en artículos previos, se encontraba en España y marcha rumbo a Europa.
23 años después de la entrega de este peculiar modelo, Mercedes-AMG continúa comercializando el G63. Sin embargo, ahora cuenta con un motor V8 de 4 litros que, afortunadamente, no se ha visto afectado y continúa conservando todas las características de un motor de combustión convencional.