Después de probar los dos extremos de la gama Polestar 2, el modelo con mayor autonomía y el modelo con más potencia y cualidades deportivas, hemos decidido analizarlos en una comparativa, puesto que tratándose del “mismo” coche existen diferencias entre sí capaces de inclinar la balanza hacia un lado u otro.
¿Qué modelos hemos probado?
En esta comparativa hablaremos sobre el Polestar 2 Long Range Single Motor y del Polestar 2 Dual Motor con Pack Performance.
Empezando por el Long Range Single Motor, trata de la versión con mayor autonomía disponible dentro de la gama Polestar 2, con más de 650 km homologados en ciclo WLTP gracias a una batería de 82 kWh. En cuanto a su motor va colocado en el eje trasero y genera 220 kW de potencia.
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En cuanto al Dual Motor con Pack Performance, trata de la versión más potente y dinámica, siendo la enfocada a conductores entendidos o aquellos que busquen las máximas prestaciones. Incorpora la misma batería que el Long Range, homologando 568 km de autonomía. Respecto al motor, como su nombre indica consta de dos motores, uno en el eje delantero y otro en el trasero, que juntos suman 350 kW. Además, sus grandes atractivos se encuentran en el chasis, con un sistema de frenos Brembo de 4 pistones en el eje delantero y unos amortiguadores Ohlins con tecnología DFV.
Lobo con piel de cordero
En cuanto a sus diferencias, no presentan grandes diferencias en cuanto a acabados o calidades. Los dos comparten la gran mayoría de acabados y calidades. Además, en el caso de las texturas del salpicadero, los asientos, equipamiento opcional… prácticamente todo excepto el Pack Performance se puede equipar en un modelo u otro.
El Pack Performance, únicamente disponible en la versión Dual Motor, incluye una serie de diferencias tanto estéticas como técnicas. Además del aumento de potencia, la suspensión Ohlins DFV o los frenos Brembo, estos sí serían reconocibles dado su acabado en Swedish Gold, encontramos diferencias en el exterior como serian las llantas de 20’ especificas del Pack Performance además de la insignia Polestar Engineered en la parrilla frontal, dando a entender que estamos frente a un lobo con piel de cordero. Por otro lado, en el interior los asientos por forma son idénticos a los de su hermano pequeño, las diferencias en este apartado se ciñen a los cinturones de seguridad en acabado Swedish Gold.
Atrae el cómo ha trabajado Polestar en cuanto a estética este 2 con Pack Performance, ya que es el claro ejemplo de “sleeper” o lobo con piel de cordero. Una estética no muy diferenciada, que solo los entendidos podrían adivinar que se trata de una versión con pretensiones deportivas, siendo capaz de dar algún susto a berlinas deportivas.
Diferencias dinámicas
Acerca la conducción diaria, en ciudad, por autopista, vías de circunvalación… El comportamiento de los dos Polestar es muy similar, una dirección eléctrica que en su modo con mayor asistencia es una delicia para callejear y maniobrar. Para conducción en carretera el modo equilibrado es el más indicado en esta situación dado que nos aporta un plus de dureza.
Por otro lado, el tacto del freno es excelente en los dos, pero la balanza se decanta hacia el freno del Pack Performance, ya que este tiene mayor mordida y tacto más natural permitiendo así una buena dosificación de la frenada.
La suspensión del Polestar 2 convencional funciona de forma notable, ofreciendo un buen control del balanceo lateral como longitudinal obteniendo un punto de deportividad además de ser confortable. En cuanto a la Ohlins del Pack Performance, se podría llegar a pensar que tratándose de una suspensión de talante deportivo puede llegar a ser demasiado dura o incómoda en conducción normal, la realidad es que en conducción normal ofrece un confort muy similar a la de serie, eso sí, controlando mejor todas las oscilaciones de la carrocería.
Durante la prueba de los dos Polestar, utilice el mismo tramo de pruebas. Una carretera de curvas muy similar a las empleadas en el Rally Costa Daurada, siendo una carretera estrecha con curvas enlazadas. De esta forma, probandolos en el mismo lugar con condiciones similares, sería capaz de poder analizar mejor sus diferencias.
Una vez ya conduciendo de forma decidida en un tramo de curvas, nos damos cuenta del aspecto diferencial entre los dos modelos, siendo el Dual Motor con Pack Performance el claro vencedor de este punto. Además de ofrecer un plus de potencia muy notable que, aun sin ser necesario ya que con 300 cv es más que suficiente para la mayoría de usos, nos aporta un mayor grado de diversión.
Los cambios también son percibibles en el comportamiento del chasis, con un mayor grado de control gracias a los Ohlins DFV. Estos amortiguadores incorporan tecnología DFV (Dual Flow Valve), que dependiendo de la presión del aceite que se ubica dentro de la carcasa, abre selectivamente una o dos válvulas para así generar mayor o menor control de la carrocería y por tanto mayor o menor dureza. Tratándose de unos amortiguadores pasivos, ofrecen mayor confort y control dinámico que algunos de sus rivales con amortiguadores de dureza variable.
En conducción deportiva el tacto del freno del Pack Performance cobra mayor sentido, ya que su uso se incrementa respecto al uso en ciudad si activamos la función One Pedal Drive. El tacto es sorprendentemente mejor, ofreciendo una sensación de frenada mecánica durante todo el recorrido aun incorporando frenada regenerativa previamente. Además, los frenos soportan el uso intensivo en mayor medida, gracias a los discos ventilados de 375mm además del diseño de las llantas, permitiendo mayor refrigeración del equipo de frenado.
Casi 100 kms de diferencia por recarga
Durante la prueba de los Polestar 2, haciendo un uso muy similar con los dos modelos, incluyendo varias jornadas de conducción por carretera de curvas, más de 200 km de autovía, circunvalación o ciudad.
En el Polestar 2 Long Range Single Motor, se obtuvo un consumo medio de 15.9 kWh/100 km en 750 kilómetros. Haciendo una simple regla de tres, la autonomía real de este Polestar 2 en un uso combinado es de 515 kilómetros. Una autonomía más que respetable teniendo en cuenta el nivel de potencia que tiene, el peso cercano a los 2000 kg y la batería de 82 kWh.
Por otro lado el consumo del Polestar 2 Dual Motor Performance Pack, no fue tan bueno, obteniendo un consumo medio de 18.9 kWh/100 km. Si bien se hizo un 15% más aproximadamente de autovía, el consumo es considerablemente mayor dado al doble motor, la mayor potencia disponible y los neumáticos de especificación deportiva. La autonomía real del Performance, con los consumos registrados es de 433 kilómetros. Si bien no es una mala cifra teniendo en cuenta el uso que se le ha dado, es considerablemente menor que la del Single Motor.
¿Qué Polestar 2 comprar?
Objetivamente, la compra del Performance Pack es un capricho, dado que esos 100 kilómetros a la larga se notan.
Empezando por los precios, la tarifa de salida del Long Range Single Motor es de 55.600€, cifra que es 4.000 euros mayor que un Tesla Model 3 equivalente. Por lo que toca al precio de salida del Performance es de 65.400, casi 10.000 euros de diferencia respecto al Long Range Single Motor, y 7.910€ mayor que el Model 3 Performance. Pero, ¿merece la pena comprar el Polestar 2 con Pack Performance?
La respuesta es, sí al Long Range Single Motor en caso de necesitar la máxima autonomía posible, los 430 kilómetros reales del Performance pueden parecer algo escasos, y más si no se aprovecha ese plus dinámico que ofrece respecto al Long Range.
Entonces, ¿para quién está dirigido el Pack Performance? Está dirigido para aquellos que aprecien un coche para diario con bajo coste de uso a la vez que tenga una dinámica de conducción exquisita. Por lo que la autonomía no se percibe como un valor realmente decisivo en la compra de este vehículo.
En cuanto a mi decisión, si me encontrase en la situación de comprar una berlina eléctrica de unos 60.000/70.000 euros máximo, sería este Polestar 2 con el Pack Performance, dado su planteamiento de “driver’s car”. En mi caso, durante la prueba del Dual Motor no he sufrido “range anxiety” por lo que la menor autonomía no es un factor decisivo y el plus de exclusividad y cualidades dinámicas si lo son.